El alma del Fiat 131 de Paolo Diana tiene origen italiano. El motor es originario de un Alfa 156 D2 Superturismo. "300 caballos +IVA" como comenta el propio Diana, a un régimen máximo de 8.800 vueltas, que nunca alcanza para conservar una mecánica que debe ser revistada y reconstruida cada 800 kilómetros. Los inyectores son F1 con cableado aeronáutico y trompetas de admisión de 52 milímetros. La gasolina es de 100 octanos de surtidor (a la venta en algunos países) y la electrónica es una Magnetti Marelli SR-4.
Un vehículo especial, distinto y que tras el paso de varias temporadas se ha convertido en un referente de espectáculo, eso sí, lejos de los componentes originales que equipaba el vehículo Grupo 4, a inicios de los años 80. Un concepto diferente, pero no por ello peor.
0 Comentarios